lunes, 1 de octubre de 2007

DOLORES DE CRECIMIENTO



Por Patricia Marroquín

Transformarse de niño a adolescente tiene varios aspectos y características. El cambio físico es sin duda notorio. En esta edad nos "pegamos el estirón", de la noche a la mañana amanecemos más "grandes", nos "esponjamos", la ropa nos queda chica... Siendo aún niña, antes de mi adolescencia, sufrí de los famosos "dolores de crecimiento". Algo bastante desagradable, fuertes dolores en las piernas o brazos que se relacionan con el estiramiento de los músculos y el crecimiento de los huesos. Lo peor es que estos dolores aparecen sin previo aviso, de noche. Estando profundamente dormida, ¡ZAZ!, me despertaba por un fuerte dolor. Por más intentos que hacía, éstos no pasaban y comenzaba a llorar (lo más suave posible para no despertar a mi hermana). A pesar de ser algo muy doloroso, había una parte que me encantaba, era cuando sin necesidad de llamarlo, mi papá entraba a mi recámara. Lo hacía en silencio, se sentaba en mi cama, con su pañuelo me secaba las lágrimas, me consolaba y me decía: - "Ya hijita, ya va a pasar, te voy a sobar tus piernas, tranquila" Sacaba un frasco de "Vick-Vaporub", colocaba un poco de ese ungüento mentolado en sus grandes manos y comenzaba el masaje... No sé cuántos minutos tardaría, pero mi papá no se iba de mi lado, sino hasta que yo dejaba de llorar porque el dolor pasaba. Después me cobijaba, me daba un beso y me quedaba dormida. ¡Qué tiempos aquellos!, ¡No hay como tener a un papá a tu lado que vela por ti, sabe cuando algo te duele y corre a socorrerte para consolarte! Todos nos encontramos en un proceso de crecimiento, (unos más adelantados que otros). Lo que importa no es la edad, sino que este crecimiento se refleje en una vida que está siendo transformada, día a día, para parecernos cada vez más a Jesús. Esto suena bonito, muy "espiritual", pero transformarnos en el hombre/mujer, hijo, padre o líder que Dios anhela, nos provoca verdaderos "dolores de crecimiento". Verás, Dios desea que nos desarrollemos plenamente, teniendo como motivo principal el darle honra, la prioridad, agradarlo haciendo de nuestra vida un verdadero acto de adoración...a Él. Sin embargo nuestra naturaleza y estilo de vida permanentemente nos lleva "realizarnos" como personas, pensando primero que nada en nosotros, no en Dios, ni en nuestro prójimo. Todo lo que realmente "vale" ¡cuesta! Dejar las cosas de niños y caminar hacia la madurez en Cristo no es un ejercicio "fácil". Realizar las cosas que para Dios y nosotros Sus hijos tienen trascendencia pueden resultar dolorosas porque significa hacer a un lado un estilo de vida "yo-ista" , ceder "nuestros derechos" a Dios y comenzar a pensar más en él y en los demás. ¿Te duele?, ¿te cuesta?, ¿sufres?, ¡no te preocupes!, Dios lo sabe y tiene a tu disposición el ungüento de Su Espíritu Santo para fortalecernos y ayudarnos a salir victoriosos de esos momentos... "Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo,
el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará
y los hará fuertes, firmes y estables". 1ª Pedro 5:10

Hoy tu Padre celestial te dice:
"Ya hijito, ya va a pasar, Yo te voy a sobar, esto dolerá sólo un poco de tiempo...
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Patty Marroquín, es la Coordinadora General de Especialidades Juveniles Chile. Patty tiene más de dos décadas de experiencia en trabajar con los niños y adolescentes, específicamente en las áreas de mentoría, discipulado y la creación de materiales. Muchos han conocido el ministerio y las palabras alentadoras de Patty a través de los devocionales que manda el Ministerio Lokos Por Cristo por Internet. Mexicana de corazón, decoradora de profesión, casada hace 27 con Horacio Gonzáles, mamá de tres hijos y abuela de una hermosa nieta.
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