lunes, 8 de octubre de 2007

CACERIA DE MONOS


- "¡¡Estoy atrapado, Dios me tentó y no tengo salida!! Ahora, ¿qué voy hacer?"

Frases como esas han salido de nuestra boca, cruzado por nuestra mente o las hemos escuchado por ahí, cuando hemos caído en un hoyo del cual no vemos cómo salir. ¡¡Cuidado!!, la Biblia dice claramente que "Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, nosotros somos tentados cuando dejamos que nuestros malos deseos nos arrastren, y seduzcan para hacer lo malo". Stgo. 1:13-14

Encontré interesante y muy ilustrativa la forma en que un pastor amigo contó cómo los cazadores de Ecuador atrapan a los monos en la
selva. A estos simpáticos y curiosos animales les gustan mucho las nueces. Los cazadores colocan una nuez dentro de una botella, la cual amarran con una soga firmemente a un árbol o palo, y esperan...
Al poco rato, el mono huele la nuez, la ve a través de la botella, mete la mano y la toma firmemente. El problema está cuando trata de sacar la nuez. Su puño está cerrado afirmando la nuez y al tratar de sacar su mano, ya no cabe por el cuello de la botella. El no se da por vencido y sigue tratando de sacarla, entonces los cazadores vienen, él no quiere soltar la nuez y finalmente lo atrapan...

¿Qué cosas te tienen atrapado en este momento?, ¿Qué cosa, (o persona), te ha seducido de tal forma que no la quieres soltar y te tiene amarrado? ¿Qué cosa o actitud representa esa "nuez" en tu vida?

Puede que estés atrapado por algún vicio; alcohol, drogas, pornografía, masturbación. Quizás has sido infiel, tuviste relaciones sexuales con tu novio(a), practicaste aborto, desordenes alimenticios, haz engañado, haz robado, abusado de alguien...
Tal vez te atraparon cosas "menos notorias", (a los ojos de las personas), cosas "sutiles", pero igualmente poderosas como criticar a los que están sobre ti, chismear, volverte un religioso criticón, envidias el éxito de otros, calumnias, copias, guardas resentimientos, sientes ira, avaricia, usas máscaras domingueras...etc.etc.etc...

Podrías tener muchas explicaciones y justificaciones del porque llegaste a lo que llegaste, pero ninguna de ellas te podrá liberar de lo
que te ata. Es tiempo de soltar la "nuez". En ocasiones nuestra vida o familia, nuestros jóvenes o líderes, o nuestra iglesia está llena de personas "lindas", pero atrapadas por "nueces" que nos tienen amarrados, impiden el crecimiento, nos estancan y peor aún, nos convierten en presa del cazador, el que quiere vernos muertos, el diablo...
¿Cómo soltarnos?... Agustín de Hipona dijo una frase espectacular, el dijo:
- "Ama a Dios y haz lo que quieras" ¡No te espantes!, él tenía respaldo bíblico para decir aquello, lo afirmó Jesús (cuando un legalista quiso "atraparlo"):
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo". Lc.10:27

Ve una vez más con Jesús, allí en privado ábrele tu corazón, confiesa tu pecado, entrégale esas "nueces", recibe Su perdón y escucha con atención Su voz. Practica Sus enseñanzas, no permitas que te tienten esas "nueces", concéntrate en lo importante, "ama a Dios con todo tu corazón y dedícate amar como ama él y serás libre, ¡haz lo que quieras!

"La justicia libra a los justos, pero la codicia atrapa a los falsos" Prov. 11:16

lunes, 1 de octubre de 2007

DOLORES DE CRECIMIENTO



Por Patricia Marroquín

Transformarse de niño a adolescente tiene varios aspectos y características. El cambio físico es sin duda notorio. En esta edad nos "pegamos el estirón", de la noche a la mañana amanecemos más "grandes", nos "esponjamos", la ropa nos queda chica... Siendo aún niña, antes de mi adolescencia, sufrí de los famosos "dolores de crecimiento". Algo bastante desagradable, fuertes dolores en las piernas o brazos que se relacionan con el estiramiento de los músculos y el crecimiento de los huesos. Lo peor es que estos dolores aparecen sin previo aviso, de noche. Estando profundamente dormida, ¡ZAZ!, me despertaba por un fuerte dolor. Por más intentos que hacía, éstos no pasaban y comenzaba a llorar (lo más suave posible para no despertar a mi hermana). A pesar de ser algo muy doloroso, había una parte que me encantaba, era cuando sin necesidad de llamarlo, mi papá entraba a mi recámara. Lo hacía en silencio, se sentaba en mi cama, con su pañuelo me secaba las lágrimas, me consolaba y me decía: - "Ya hijita, ya va a pasar, te voy a sobar tus piernas, tranquila" Sacaba un frasco de "Vick-Vaporub", colocaba un poco de ese ungüento mentolado en sus grandes manos y comenzaba el masaje... No sé cuántos minutos tardaría, pero mi papá no se iba de mi lado, sino hasta que yo dejaba de llorar porque el dolor pasaba. Después me cobijaba, me daba un beso y me quedaba dormida. ¡Qué tiempos aquellos!, ¡No hay como tener a un papá a tu lado que vela por ti, sabe cuando algo te duele y corre a socorrerte para consolarte! Todos nos encontramos en un proceso de crecimiento, (unos más adelantados que otros). Lo que importa no es la edad, sino que este crecimiento se refleje en una vida que está siendo transformada, día a día, para parecernos cada vez más a Jesús. Esto suena bonito, muy "espiritual", pero transformarnos en el hombre/mujer, hijo, padre o líder que Dios anhela, nos provoca verdaderos "dolores de crecimiento". Verás, Dios desea que nos desarrollemos plenamente, teniendo como motivo principal el darle honra, la prioridad, agradarlo haciendo de nuestra vida un verdadero acto de adoración...a Él. Sin embargo nuestra naturaleza y estilo de vida permanentemente nos lleva "realizarnos" como personas, pensando primero que nada en nosotros, no en Dios, ni en nuestro prójimo. Todo lo que realmente "vale" ¡cuesta! Dejar las cosas de niños y caminar hacia la madurez en Cristo no es un ejercicio "fácil". Realizar las cosas que para Dios y nosotros Sus hijos tienen trascendencia pueden resultar dolorosas porque significa hacer a un lado un estilo de vida "yo-ista" , ceder "nuestros derechos" a Dios y comenzar a pensar más en él y en los demás. ¿Te duele?, ¿te cuesta?, ¿sufres?, ¡no te preocupes!, Dios lo sabe y tiene a tu disposición el ungüento de Su Espíritu Santo para fortalecernos y ayudarnos a salir victoriosos de esos momentos... "Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo,
el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará
y los hará fuertes, firmes y estables". 1ª Pedro 5:10

Hoy tu Padre celestial te dice:
"Ya hijito, ya va a pasar, Yo te voy a sobar, esto dolerá sólo un poco de tiempo...
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Patty Marroquín, es la Coordinadora General de Especialidades Juveniles Chile. Patty tiene más de dos décadas de experiencia en trabajar con los niños y adolescentes, específicamente en las áreas de mentoría, discipulado y la creación de materiales. Muchos han conocido el ministerio y las palabras alentadoras de Patty a través de los devocionales que manda el Ministerio Lokos Por Cristo por Internet. Mexicana de corazón, decoradora de profesión, casada hace 27 con Horacio Gonzáles, mamá de tres hijos y abuela de una hermosa nieta.
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jueves, 20 de septiembre de 2007

HAZ MEMORIA


En el mes de Septiembre, Chile celebra su independencia. Es un mes de fiesta, de alegría, de recordar lo que hombres valientes hicieron, para lograr que Chile fuese una colonia de España y se convirtiera en país independiente. ¡Qué importante es recordar lo que esos hombres han hecho! Nos caracterizamos por tener "mala memoria". Solemos vivir experiencias increíbles, de todo tipo, pero con el correr del tiempo quedan en el olvido. Moisés lo sabía muy bien, es por eso que permanentemente le decía al pueblo de Israel que tuvieran cuidado con la "amnesia"... "Presten atención y no olviden las cosas que han visto sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos y a sus nietos." Deut.4:9
Los evangelios cuentan la experiencia de Jesús con sus discípulos, aquella "conocida" escena donde alimentó milagrosamente a cuatro mil personas. La gente le seguía, pasaban horas y hasta días escuchando sus enseñanzas. Obviamente, las "tripas" comenzaban a rugir, y lo peor ¡no había comida para alimentarlos! Los discípulos consiguieron unos cuantos panes y algunos peces, se los entregaron a Jesús, él dio gracias a su Padre y ¡ZAZ!, la comida se multiplicó, todos comieron e incluso sobró. ¿Si hubieras estado allí, qué hubieras hecho? Ver con tus propios ojos tremendo milagro, era como para tirarse al suelo y adorar a Jesús. O quizás, como los discípulos, a los pocos días de sucedido el milagro, te vuelve a dar hambre, te das cuenta que no hay comida y comienzas a preocuparte porque no hay pan. Parece algo de locos, pero eso fue lo que pasó. Los discípulos se olvidaron del milagro, no entendieron nada y Jesús les "tira las orejas" preguntándoles: "¿por qué decían que no tenían pan, por qué no entendían? ¿Acaso no se acuerdan del milagro? ¿Qué tienen en la cabeza?, ¿no ven ni escuchan? Mc. 8:16-21
De ejemplos como este está llena la Biblia, Dios obrando poderosos milagros como con Moisés y el pueblo de Israel en el desierto, proveyéndoles, cuidándoles y librándoles de mil cosas, incluso de muerte y a los 5 minutos ¡"amnesia"! Por esa razón, una y otra vez se nos pide que recordemos permanentemente todo lo que Dios ha hecho con nosotros y tengamos en cuenta de todo de lo que nos ha liberado. "Acuérdense de este día en que salen de Egipto donde han sido esclavos y de donde el Señor los saca desplegando su poder. El día de mañana, cuando sus hijos les pregunten cómo le hicieron para alcanzar su libertad, les contarán todo lo que Dios ha hecho con ustedes" Ex.13: 3,14
¿Por qué es tan importante recordar? Sencillamente porque nos ayudará a aumentar nuestra fe en los momentos difíciles, porque nos levantará, si hemos vuelto a caer. Haz una pausa, escribe en una hoja de cuantas cosas te ha librado el Señor. ¿De cuántos milagros que hayas sido protagonista te acuerdas?... Nuestra memoria es frágil y nuestra fe flaquea, por ese motivo es necesario recordar. Haz memoria y no olvides el milagro más grande que Dios ha hecho por nosotros para darnos libertad, la muerte de Jesús. Al resucitar y vencer a la muerte, Jesús nos liberó del infierno y hoy está a nuestro lado y se levanta victorioso sobre cada prueba que podamos enfrentar. No te dejes atrapar por el temor, abre bien tus ojos y ve la grandeza y majestad de Dios y ten por seguro que las cosas poderosas que Él ha hecho en el pasado para liberar a los que han confiado en Él, las hará por ti también.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Momentos de Intimidad


Texto Bíblico base: Mateo 6:1-18

Como vimos en el día de ayer, Jesús descarta toda forma de oración que tiene como objetivo impresionar, ya sea que esté dirigida hacia los demás, hacia la persona de Dios o hacia uno mismo, como en el caso del fariseo en Lucas 18.11. En dos cortas frases describe otra clase de oración, radicalmente diferente a esta, que es más sencilla y genuina. No obstante, la sencillez de la misma no disminuye la profundidad ni la intensidad de la experiencia que identifica. Lo invito a meditar, por un instante, en las brevísimas instrucciones que comparte: «Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.»

En primer lugar, notamos que Cristo animaba a buscar un lugar apartado del bullicio de la vida cotidiana. Esto no es porque resulte difícil orar en público sino porque los que tenemos poca disciplina en la oración nos distraemos con tanta facilidad. Jesús mismo, según el testimonio de los evangelios, no teniendo acceso a un cuarto interior propio «con frecuencia se apartaba a lugares solitarios para orar» (Lc 5.16). La idea es que el entorno favorezca el momento de comunión con el Padre.

En segundo lugar, es interesante notar que Jesús no solamente indicó que debíamos entrar al cuarto interior, sino que debíamos también cerrar la puerta. Si usted piensa en los momentos de su propia vida cuando entra un cuarto y cierra la puerta, la lección que quiso enseñar quedará claramente expuesta. No solemos cerrar la puerta de una habitación cuando tenemos la intención de salir de ella instantes más tarde. Más bien cerramos la puerta cuando deseamos permanecer allí por un tiempo y no queremos que se nos interrumpa. La acción de cerrar la puerta indica para nosotros que la oración no puede ser algo realizado «con apuro». Sin duda podemos orar en cualquier momento, usando frases cortas de adoración, gratitud y petición, del mismo modo que en un matrimonio podemos pronunciar palabras de cariño y amor a lo largo de todo el día. Estos pequeños regalos, sin embargo, no pueden suplantar los momentos de intensa y prolongada comunión que son indispensables para que la relación crezca.

Jesús también animaba a que buscáramos a Dios, que está en lo secreto. Esto no indica que Dios es difícil de encontrar, pues él se deleita en mostrase a los hombres. Más bien revela que el crecer en intimidad con el Señor es algo que solamente es concedido a aquellos que tienen un compromiso serio con él. «Me hallaréis cuando me busquéis de todo corazón» declara el profeta Jeremías (29.13). A aquellos que desean guardar sus mandamientos, viviendo una vida de santidad, Jesús promete «y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él» (Jn 14.21). De esta manera el Maestro indicaba que la experiencia de oración se refería a algo más que repetir frases delante de Dios.

No se quede con esta reflexión. Lee los versos 7 al 13. ¿qué otras lecciones encuentra sobre la oración?